miércoles, 18 de julio de 2012


Cuentos sobre la existencia del ser. Cuento 1: Ernesto

Ernesto ha viajado a Alaska, se encontró solo en un bar extraño y frío. A personas frías es esperado conocer por el clima, muy cálidas fueron las personas para su sorpresa. Más allá del aspecto físico es mirado por las personas de ahí, por ello fijamente a los ojos te miran.

No es como las demás a la que fue cortejada esa mujer hermosa de Alaska por Ernesto, a sus encantos de hombre fue negado por aquella mujer. Por todas es deseado en su país, tendría que estar ahí. Con Ernesto privilegio es estar que no cualquiera tiene. ¿Cómo para rechazarlo es lo suficientemente bella, acaso creerá? Como una diosa es a su lado, más que cualquier otra mujer es, a la vez es tan frágil y fuerte al parecer. Belleza más allá de la superficial le fue transmitida por primera vez, estremecer le hace.

Borracho y vacío ahora es Ernesto, que la olvide y regrese a su país es mejor, le fue dicho por el cantinero, a su alcance no está ella. Conocerse y esa máscara debe ser rota, fue dicho por la mujer a Ernesto. De su mente no han sido borradas aquellas palabras en él. Solo un farsante fanfarrón  fue todo este tiempo, empieza a pensar, de cosas superficiales se llenó solamente.

Al bar le es visto entrar a la hermosa dama, tan de mala muerte es este sitio para una mujer tan bella. ¿Qué está haciendo ahí? Aquella mujer es seguida por la mirada de Ernesto, fue quitándose la chaqueta, con su luz es deslumbrado Ernesto al instante, una y otra vez fue surgiendo el mismo efecto, desde la primera vez en que la vio. Dejarla ir no tiene que ser esta vez, detrás de esa mirada tierna y triste es descubierto algo.

Acepta su invitación y no es rechazado Ernesto esta vez, ella se fue acercando. Entre el frío y oscuridad fueron paseando, no sabe que decirle Ernesto y es muy callada ella. Hay una cabaña en medio de la nada en la cual fueron entrando, muy acogedor es el hogar de aquella mujer. Sobre el sofá fue poniéndose cómodo Ernesto y es mirada la silueta del cuerpo de ella por él. A los ojos se miraron y se fue sentando junto a él. Tu interior déjame ver le es dicho a Ernesto con una sonrisa en los labios de ella y fueron besándose poco a poco.

Junto a él a su hermosa dama se esperó encontrar Ernesto al momento de despertar, pero en el bar sigue, se dio cuenta, de ahí nunca se movió, un sueño había sido. Desesperado al suelo fue cayendo al salir del bar Ernesto. A sí mismo es enfrentado Ernesto pues ella lo fue desnudando hasta que lo fue dejando sin máscaras. Mediocre y vacío es, Ernesto fue quedando cautivo ante su ser…

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