martes, 11 de marzo de 2014

Noche



La noche se desnuda ante ti, te acaricia con sus manos frías y suaves. Te cubre con su cuerpo lleno de pecas brillantes absorbiendo tu placer y tus culpas. Mientras, bebes de la fuente de sus deseos guardados entre sus piernas. Observas su rostro terso y blanco como la leche, te estremeces ante ella y sus ojos penetran en los tuyos observando tus sueños a veces vacuos que con su aliento fresco los va transformando en onírica realidad.

No temas a entregarte a ella, deja que te abrace con su alma trémula llena de miedos y deseos al igual que la tuya, deja que absorba tus pensamientos y acaricie tu pecho sin temor a que te arranque el corazón y beba del vino de la vida, por que ella ya es eterna y sólo quiere que la acompañes en su eternidad.

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